domingo, 12 de febrero de 2012

Mensaje a García



De todas las historias de guerra que conozco una brilla en mi memoria de manera especial. Esta es la historia del mensaje a García:

Cuando la guerra estalló entre España y los Estados Unidos, era muy necesario ponerse en comunicación rápidamente con el cabecilla de los insurgentes. García estaba resguardado en alguna parte de las montañas de Cuba, nadie sabía donde, ningún correo ni mensaje telegráfico podían llegarle. El presidente de los Estados Unidos necesitaba su cooperación y pronto.

¿Qué hacer?

Alguien dijo al presidente “Hay un individuo de nombre Rowan que encontrará a García si es que alguien puede hacerlo”.
Rowan fue llamado y le dieron una carta que debía entregarle a García. ¿Cómo el “individuo llamado Rowan”, llevó la carta sellándola en un saco de piel aceitosa, cinchándosela sobre el corazón? He aquí lo sencillo de su hazaña. Cuatro días después desembarcó en las costas de Cuba en una lancha y desapareció en la selva, para salir tres semanas después del otro lado de la isla, recorrió a pié un país hostil y entregó su carta a García. El punto que me interesa señalar es este: McKinley le dio a Rowan una carta para ser entregada a García, Rowan tomó la carta y la entregó a García sin preguntar: ¿En dónde está él? ¿Qué barco me llevará? ¿Y después Qué hago? ¿Y si no lo encuentro?

No es la enseñanza de los libros lo que necesitamos únicamente ni instrucciones sobre esto o aquello, sino la fortaleza del espíritu que nos inspira responsabilidad en nuestros cometidos, acción rápida, concentración de energía y desempeño de la tarea: entregar un mensaje a García.

ELBERT HUBBARD