viernes, 23 de abril de 2010

Contra la moda y el huelemolismo

Estoy loco y soy un ideático. No es una cosa nueva.

Hoy caminaba con mi cámara. A veces me da por tomar fotos, pero nunca tomo cosas tristes, sino cosas que en realidad hablan de mi perspectiva de la vida antes de las cosas, desde lejos, a una distancia segura. Soy un voyerista, y retrato lo que me gusta de la vida.

A veces veo cosas tristes, como un vagabundo durmiendo en la calle, y tengo necesidad de fotografiarlo, pero no lo hago. Soy de los que voltean para otro lado y no es algo que me avergüence. Algún día me importará, cuando sea más viejo, o cuando yo también duerma en la calle. Ese momento no es ahora.

A veces también veo cosas patéticas, como cosas que hace la gente, y me da tristeza en mayor o menor medida, de lo mucho que dice de sí sin darse cuenta y que no son precisamente cosas buenas.

Hoy veía a un montón de gente de mi edad, vestida en sus mejores galas, con ropa tan elegante que no me pondría ni para ir a trabajar (a últimas fechas uso traje). Todos con su ropita de diseñador, todos de revista, de fotografía de estudio, de publicidad, con el culo perfumado, reuniéndose en un callejón para tomar una copa en un lugar ridículamente pequeño, donde muchos ridículamente terminaban sentados en la banqueta. Tuve el impulso de tomarles una foto, pero pensé en todos los vagabundos que no he fotografiado por lástima a esa intimidad ridícula, y decidí abstenerme y pasar de prisa.

No soy elegante, al contrario. No me da vergüenza reciclar calcetines, o alguna camiseta que me gusta mucho. No me molesta. Pero vestirme con un traje súper caro para ir a beber una copa y sentarme en la banqueta, o tal vez en una mesita, pero finalmente en un callejón inmundo, carajo, no está en mi plan del día, ni del mes, ni del año, ni de vida.

Caminaba de regreso al hotel, y como de costumbre me perdí. Pensé en alguien que quiero mucho, y que me pidió que le trajera algo de diseñador, que sería un buen regalo de cumpleaños. Caminaba y hacía la analogía de lo poco que sé de física cuántica, pero aún así, estaría más calificado para recomendar un libro que de escoger ropa que yo nunca usaría, de entrada porque soy un acérrimo enemigo del consumismo, y segundo porque mi cultura no da para tanto. No puedo saber de todo, y en el universo de cosas que he elegido saber, la moda no figura entre ellas, porque la considero un desperdicio de tiempo.

Para esas cosas tengo a mi madre, a mi hermana, a mi noviecita hermosa, a mis amigas. Cuando quiero comprar algo bonito voy con ellas.

No sé si el hombre deba ser feo, fuerte y formal. Yo soy guapo, ñengo y súper informal, pero no tengo tiempo para vestirme con telas inpronuncialbes, es más, ni sé dónde se compran.

Por cierto, las fotos que sí tomé, quedaron de maravilla!

Carpe noctem.

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