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domingo, 18 de octubre de 2009
Manejando "una micro"
Hace algún tiempo, no mucho, le ayudaba a mi amigo Charlie a sacar a sus perros. La plática era bastante amena, pero nada que reportar de momento.
Caminábamos sobre la Av. Tlalpan, en el sur, calle vieja y conocida de sobra, cuando de pronto nos aborda un sujeto que nos pide si podemos ayudarle a empujar un microbús que está estacionado sobre la banqueta.
La noche anterior el chofer agarró el pedo, nos dice, y dejó esta cosa estacionada aquí y no la podemos mover porque se le bajó la batería, así que si pudieran ayudarme a arrancarlo se los agradecería mucho.
Sinceramente me pareció de lo más divertido, por lo que accedí inmediatamente, y Carlos tomó a los perros. Este tipo nos pidió que si podíamos ayudarle ambos, por lo que subimos a los perros al micro y lo cerramos.
Empujamos y el micro salió bien a la calle, desde donde lo íbamos a empujar con un segundo microbús.
Después de no poder arrancarlo, mientras esta persona empujaba el abandonado con el segundo microbús, decidimos cambiar papeles, por lo que yo me pasé al microbús de atrás, y pude manejar una de esas populares unidades colectivas chilangas.
Para una persona que siempre ha tenido carros pequeños, manejar un ícono de la cultura pop chilanga es algo maravilloso. Me ha hecho feliz. Ahora podré decirle a mis nietos que manejé "una micro", aunque hayan sido sólo 5 metros. En fin, carpe diem.
Etiquetas: gray city
Publicado por Unknown en 2:40 p.m. 1 comentarios
jueves, 1 de octubre de 2009
José en un día nublado
Eran las 10:58 hrs. de un día nublado. La luz se promediaba entre las nubes, y eran imposible saber de qué lado estaba el sol, imposible reconocer el norte del sur, la mañana de la tarde.
Caminaba José por la calle, ni desanimado, ni emocionado por nada. Suplicaba por un poco de café. Habemos algunos animales que no despertamos del todo hasta que bebemos café, aún en aquellos días extraños en los que dormimos espléndidamente. José era uno de ellos.
José pensaba en los días nublados, en lo poco expresivos que son, en la pesadez existencial que provocan, especialmente en un país en el que la tristeza tiene calidad de exportación, y la ilusión del sol es importada, si no enteramente del extranjero, al menos de parajes lejanos al centro del país, que parecen de otras partes del mundo.
José se veía más viejo de lo que en realidad era. Él, y todos los de la ciudad gris, tenían estos rostros largos de la crisis, del consumismo frustrado, de las recetas médicas incomprables, del desempleo inusitado, de la incomodidad del metro.
Los "depas", reflejan lo que es vivir en una ciudad en la que te venden cajones de cemento que no son sino prisiones que te ocultan de un mundo no muy agradable, pero que te permiten crear la ficción de una realidad artificial, y que no son sino habitaciones de pánico exorbitantemente costosas. Eso no es vivir, sino mera supervivencia inmersa en negación.
José no tiene depa, pero quiere uno. También quiere un coche que no puede comprar, ni quiere manejar. José quiere consumir, pero no puede. Vive en la ilusión del deseo, húmedo de su sudor y su sangre, que no está dispuesto a dar por nada salvo por cosas materiales. Todo está a la venta al mejor postor, si le llegan al precio, en un mundo pequeño mesurado por el dinero.
José no sabe que él no vale más que lo que trae en la bolsa. José, el día de hoy, vale sólo 50 pesos. En la noche no valdrá nada, porque lo asaltarán, y morirá feliz en su ignorancia, pensando que irá al cielo, sin saber que la entrada cuesta también, una cifra que no podría pagar.
Etiquetas: cuentito, gray city
Publicado por Unknown en 12:07 p.m. 0 comentarios
lunes, 21 de septiembre de 2009
Esteban Cervantes, así era el héroe del Metro Balderas
Pinches maricones, nadie salta!! Tenemos el gobierno y la economía que nos merecemos! ya, no cabe duda! Luchar por tu vida, ya no digamos por tus derechos!!
Etiquetas: gray city, personal
Publicado por Unknown en 4:09 p.m. 0 comentarios
sábado, 19 de septiembre de 2009
¿Un signo de la crisis? Una Apología a Felipe Hernández Castillo
Aquí dejo unas palabras dedicadas a todos los que estuvieron en el metro Balderas a las 5:14 pm, ayer, 18 de septiembre. Porque hoy entendí una de las razones de por qué estamos como estamos.
Meterte a echar tiros al metro, no cualquier clase de pendejo, sino un verdadero erosionado mental. Este deterioro fue causado por muchas cosas: la eficacia de nuestra clase política, la religión, la violencia en la televisión, el narco, la crisis, el padre amaro, et al. Yo destaco un binomio: pueblo y gobierno.Desde que México es México, de una u otra forma no dejamos de reformarnos y pelearnos. Todo mundo se quiere arrebatar el poder. Los conservadores matan liberales, la iglesia a los insurgentes y los españoles a los indios. Siempre por el puto poder.
Ahora las ratas políticas se han apareado entre ellas. Han aprendido a rolarse la estafetita, ellos estando siempre a toda madre, fiestas patrocinadas por el pueblo, y así se la van llevando, haciéndose pendejos, porque en realidad si ellos están bien, pues ya lo demás vendrá con el tiempo.
La desesperación ya no es más una novela de Víctor Hugo. Es real.
Este acto de furia no me sale nada más a lo pendejo. Hay que ver también a la contraparte: Mira que ver que vivo en un país donde si me lanzo a luchar por mi vida, como pasó justamente en Metro Balderas, y que nadie se meta, pues uno no queda muy feliz de saber que en este país vive una plasta de maricones que no luchan ni por su vida, ni por la que trata de defenderlos.
Esteban Cervantes Barrera es un pinche héroe y nadie le hizo el paro. Sólo saltó un chavo, que salió lastimado, pero las cientas de personas que estaban a unos pasos de él, quizás centímetros, nadie lo tocó, sólo se quedaron meados de miedo.
Y eso, aquí y en China, es más deplorable que ser una rata del gobierno y me hace pensar que uno tiene el gobierno que se merece.
Mi fe por la sociedad mexicana la verdad nunca había estado tan baja como ahora y se ha derrumbado casi en su totalidad. Ciervos asustados. Ándenle, síganle rezando a su virgencita de guadalupe, ya no sean pendejos.
En la trilogía de territorio, pueblo y gobierno parece que el único que jala bien es el territorio. Si no nos ponemos las pilas neto nos va a cargar la chingada. Hoy esto es una Colonia, pero pisoteada por sí misma. Más ideas y menos ideología, pero sobre todo menos miedo.
Etiquetas: gray city, personal
Publicado por Unknown en 4:03 p.m. 0 comentarios
domingo, 21 de diciembre de 2008
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