domingo, 18 de octubre de 2009

Manejando "una micro"



Hace algún tiempo, no mucho, le ayudaba a mi amigo Charlie a sacar a sus perros. La plática era bastante amena, pero nada que reportar de momento.

Caminábamos sobre la Av. Tlalpan, en el sur, calle vieja y conocida de sobra, cuando de pronto nos aborda un sujeto que nos pide si podemos ayudarle a empujar un microbús que está estacionado sobre la banqueta.

La noche anterior el chofer agarró el pedo, nos dice, y dejó esta cosa estacionada aquí y no la podemos mover porque se le bajó la batería, así que si pudieran ayudarme a arrancarlo se los agradecería mucho.

Sinceramente me pareció de lo más divertido, por lo que accedí inmediatamente, y Carlos tomó a los perros. Este tipo nos pidió que si podíamos ayudarle ambos, por lo que subimos a los perros al micro y lo cerramos.

Empujamos y el micro salió bien a la calle, desde donde lo íbamos a empujar con un segundo microbús.

Después de no poder arrancarlo, mientras esta persona empujaba el abandonado con el segundo microbús, decidimos cambiar papeles, por lo que yo me pasé al microbús de atrás, y pude manejar una de esas populares unidades colectivas chilangas.

Para una persona que siempre ha tenido carros pequeños, manejar un ícono de la cultura pop chilanga es algo maravilloso. Me ha hecho feliz. Ahora podré decirle a mis nietos que manejé "una micro", aunque hayan sido sólo 5 metros. En fin, carpe diem.

1 comentarios:

Satelite dijo...

hahahahaha... que chido debio haber sido =D