A Karla Paola
Una voz que viene de lejos,
los mares callan,
el viento escucha.
Sonido de tu voz que empuja,
me colapso en las olas,
caigo y me recuesto en el mar pasivo.
No me mojo, me recargo.
La única humedad va de mis ojos,
a mis pies,
Me baño en lágrimas.
Ya llueve.
Tu voz se va, la paz se fuga.
Me ahogo,
caigo en el recuerdo,
el sonido.
Los delfines cantan y recuerdan.
Me hundo, me ahogo.
Llego al fin a una isla desierta,
los demonios se deslizan entre corales.
Me boca se abre y con ello se escapa...
se escapa el aire y la vida,
y entre ambas fue una voz la que murió,
voz efímera, no como tu voz.
6 de septiembre de 1999
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