Líneas que caen como si hacia los lados,
como si la gravedad la delimitara el aire,
el viento, el aliento.
Y observo cómo se encarna una fantasía japonesa posmoderna,
rasgos semiperfectos
y una mirada profunda,
lenta,
como el mar a las ocho de la mañana,
y el brillo enterno de las cinco de la tarde.
Como que es necesario un ábaco con forma de reloj,
y observarte sin mora,
hasta imprimir tu rosto,
silueta sobre la sombra de mis párpados,
encimada a toda oscuridad,
y besarte,
luz encendida o apagada,
eso no importa.
Aprender a no intimidarse con tu mirada a través de los muros,
como si cualquier palabra le adulterara,
y no decir nada distinto a un beso,
y no besar nada sino una caricia que se prolonga en la imaginación.
miércoles, 19 de agosto de 2009
Magda
16 de agosto de 2001
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