miércoles, 19 de agosto de 2009

Revivir, quizás

(Paráfrasis a Jaime Sabines)

Noches de silencio sin luna,
a veces quisiera agarrarme como a un trapo
y exprimirme la tristeza de una vez,
antes que de no ser yo,
me mate alguien más.
Tantas veces en que anhelo ser viento
y escapar de la rutina idiota que me domina.
Reencarnar es ya un sueño iluso,
una promesa que el tiempo ha ido borrando,
que me deja solo.

Cada noche los relojes me persiguen,
no duermo, me muero un rato.
Mi cuerpo extraña su inexistencia,
mi alma aún no haber nacido.
Un olor a vacío que llega de la nada,
sonidos difusos que penetran mi cráneo,
mi cabeza, mi ser.

Que viniera fugaz un orgasmo de la luna
y me bañara todo,
pudríendome de un asco tan profundo
que dejara ya de existir la mortalidad pasajera.
Estoy harto de esta insatisfacción carcomida,
quisiera volver a ser niño,
para desear ser un feto.
Esta pornografía mía,
un desnudo mal hecho,
pertrecho y desteñido.

Yo lo que quiero es que pase algo,
que me muera de veraz
o que de veraz esté fastidiado,
o que por lo menos se caiga el techo de mi casa un rato.
Quisiera olvidarme de todo,
que nadie se acordara de mí,
convertirme en un extraño.

Llegar y hacer lo que quiera,
poder evaporarme en una sombra,
dormir entre rameras que no me quieran,
y persignarme ante el retrato de un Dios falso.
Dejar de desear una muerte temprana,
y vivir lo que me queda,
con una mediocridad desatinada,
propia de un suicida.
Amar la vida es una promesa falsa,
una oración de lo que no se desea.

El día que muera que ni me entierren,
que me dejen tan solo en paz.
y revivir, quizás,
para gritar que no me hagan caso.

2000

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