jueves, 6 de agosto de 2009

La creación basada en la recreación


Hace un rato escuchaba a un escritor hablar sobre el quéhacer literario, sobre la editorial Almadía, sobre que Alejandro Magallanes estaba diseñando sus libros con un suaje muy interesante.

Lo primero que saltó en mi mente fue todo el tiempo que tengo ya sin escribir formalmente, si es que existe alguna formalidad en sí en el oficio de escritor. Sin embargo, creo ahora saber por qué no lo hago y es que simplemente me he rodeado de otras muchas cosas que no son libros, ni horas de lectura, ni cuadernos con deliciosas hojas blancas.

Uno crea en lo que se recrea. Cuando escribía, leía mucho, o al menos mucho más que ahora. Me rodeaba de ciertas ideas, y además no me rodeaba de gente. Escribía como necesidad, como impulso.

Ahora me he rodeado de otras cosas mucho más visuales, mucho más sonoras. Mi imaginación se ha vuelto un cinematógrafo. Mis ojos están cada vez más musculosos... ya hasta tengo cuadritos en la retina.
Cada vez diseño más y mejor. Programo un poquito más rápido, soy más metódico... hasta tiendo todos los días mi cama por las mañanas.

Pero no escribo, y eso se llama nostalgia de la pluma rota, en aquello que es un fragmento difuso de silencio, conocida también burdamente como hoja en blanco.

0 comentarios: