lunes, 31 de agosto de 2009

Cosas que sólo me divierten a mí... pero también a mí


¿Cómo saber cuándo disperso soy? Problema viejo, que viene desde mi infancia. Pasa una mosca y me distraigo, no por la mosca, sino por toda la historia que le invento, dónde ha estado, qué edad tiene, sentirá miedo, en realidad es tan asquerosa como dicen, para qué le sirven tantos pelos... ?

Persona curiosa. Leer un libro técnico detallado sobre el origen de la vida (bioquímica), programar por la mañana, beber mucho café, pensar en la poesía por las tardes, aullar por las noches. Soñar, soñar, soñar.

Persona curiosa, o ¿personas? Yo no lo sé. Tal vez esto de tener dos nombres tenga un significado oculto, tal vez sólo conveniente.

Me pregunto cuántas cartas le habré escrito a Octavio. A esta edad ya deben ser muchas... ¿qué estará haciendo ahora?

martes, 25 de agosto de 2009

Snow Leopard vs. el mundo

Ayer le pregunté a mi roomie... "si me emociona la salida de un nuevo sistema operativo, ¿significa que soy un nerd?" No me respondió, bueno, sí, se cagó de la risa.


Ante la debacle de Windows por hacer un mal sistema operativo, mudarme a Mac ha sido uno de mis grandes aciertos 2009... además desarrollar PHP, digo, finalmente da lo mismo si es sobre chana o juana.

Pero mientras hago eso... cero virus, cero problemas de compatibilidad, súper rápido, bonito y adoro la tarjeta de video!

En fin... pobre güindous, que está desamparado.

jueves, 20 de agosto de 2009

noctis.mx

El próximo 1 de septiembre, supuestamente, se podrán volver a registrar dominios .mx

Tal vez esto te valga madres, pero la verdad es que para algunos profesionistas de la interné como yo, el hecho de tener una dirección como noctis.mx es algo bastante útil, bonito y necesario.

Seguramente toda mi familia tendrá un correo apellido.mx, cortesía mía por supuesto. Será un bonito regalo de navidad, no crees? Espero no me lo ganen!

En fin... me acordé...

miércoles, 19 de agosto de 2009

Déjame verte más de cerca

Déjame verte más de cerca,
y saberte como no perfecta,
ver los pliegos de tus labios
y dulce aroma de tu pelo.
Escuchar los rayos de luz
que iluminan tu rostro,
para que cuando la luz se apague
sea la luz de mi memoria.

Déjame tocarte
y sentir el invisible vello de tu piel,
saber que el agua está serena,
y serle indiferente a la ceguera,
y ver en la sombra vientos
que juegan a ser tu cabello.

Déjame verte sonreír,
y detener el tiempo con los ojos,
mientras mi sangre se colapsa
y hasta ese momento,

dejarme, atreverme, pervertirme,
en mi impaciente ambición
de sumergirme en tu mirada
que el sol siempre imita en los ocasos.

4 de diciembre de 2001

Uno calla

Las terribles noches sin lluvia.
Uno calla.
El silencio no deja pensar en voz alta.
Tengo que fingir timidez
y dejar de mirarme al espejo.
Máscaras con que uno calla
la verdadera voz.
Son bosales que se plasman sobre mi rostro seco,
árido tras su propia muerte,
por la asfixia,
por el ansia mortal
excedida de intimidad.

Vertir la sangre sobre ríos de libertad,
de lágrimas,
de desesperación,
de caos.

Uno calla.
Espera mirar un ente que le escuche,
que persiga, que beba mi voz.
Uno que calla y no dice nada.
Boisquejo de la propia muerte,
de un suicidio imprudente,
de un asesinato sádico
como si se tratare
de algún otro distinto.
Uno, que no es otro,
mas que un cuerpo frío,
que se va secando
con el calor del silencio,
y que se vierte sobre sí mismo.

8 de octubre de 2001

Magda

Líneas que caen como si hacia los lados,
como si la gravedad la delimitara el aire,
el viento, el aliento.

Y observo cómo se encarna una fantasía japonesa posmoderna,
rasgos semiperfectos
y una mirada profunda,
lenta,
como el mar a las ocho de la mañana,
y el brillo enterno de las cinco de la tarde.

Como que es necesario un ábaco con forma de reloj,
y observarte sin mora,
hasta imprimir tu rosto,
silueta sobre la sombra de mis párpados,
encimada a toda oscuridad,
y besarte,
luz encendida o apagada,
eso no importa.

Aprender a no intimidarse con tu mirada a través de los muros,
como si cualquier palabra le adulterara,
y no decir nada distinto a un beso,
y no besar nada sino una caricia que se prolonga en la imaginación.

16 de agosto de 2001

Silencio

Silencio.
De la noche,
vientos que no soplan,
ni susurran, ni transpiran rocío.
Sordera de todo lo que se mueve,
ceguera del sonido.
Una línea recta que se dispersa,
que se vierte sobre el aire inmóvil,
sobre labios que se secan inertes,
que vienen desde la piedra,
desde el borde desértico de lo que no se habla.
La belleza no dice nada,
solo existe,
solo huele y vuela,
hacia los sentidos, entra en los poros.
Tu belleza que se suda hacia dentro,
como una toxina,
como frases comerciales que se esperan,
y que no llegan,
porque hablas otro lenguaje,
como un odio que no puedo sentir,
ni desear.
Ni escucho razones para hacerlo,
mientras me invento,
te invento gritando tus labios sobre los míos,
y siento como que un orgasmo mental,
quye me derrama el cerebro.
Costras de silencio.
Y se me desgarra el alma,
inaudible,
cansada, y casi tangible.
Me veo caminando de espaldas,
y me dan ganas de morderme la lengua,
y gritar lo que con miradas
nos decimos.

7 de marzo de 2001.

Soledad confundida

Desesperación que resbala entre las horas.
Cada segundo es una noche sola,
una luz que se queda,
que quema el suelo.

Gravedad que me lanza al polvo,
entre cenizas de sonrisas inhibidas,
por risas que quedaron en silencio.

En este cuarto tan lleno de vacío,
lleno de polvo ermitaño,
que no se atreve a reconciliar con otras almas.

El vagabundo qe soy,
camina entre pasillos diminutos,
tímido de comenzar una charla,
temor a la incomprensión de su alma.

Mata el habla, se ahoga la voz,
cascada de preguntas sin sentido,
un compromiso por destino,
al siempre martírico suicidio.

Revivir, quizás

(Paráfrasis a Jaime Sabines)

Noches de silencio sin luna,
a veces quisiera agarrarme como a un trapo
y exprimirme la tristeza de una vez,
antes que de no ser yo,
me mate alguien más.
Tantas veces en que anhelo ser viento
y escapar de la rutina idiota que me domina.
Reencarnar es ya un sueño iluso,
una promesa que el tiempo ha ido borrando,
que me deja solo.

Cada noche los relojes me persiguen,
no duermo, me muero un rato.
Mi cuerpo extraña su inexistencia,
mi alma aún no haber nacido.
Un olor a vacío que llega de la nada,
sonidos difusos que penetran mi cráneo,
mi cabeza, mi ser.

Que viniera fugaz un orgasmo de la luna
y me bañara todo,
pudríendome de un asco tan profundo
que dejara ya de existir la mortalidad pasajera.
Estoy harto de esta insatisfacción carcomida,
quisiera volver a ser niño,
para desear ser un feto.
Esta pornografía mía,
un desnudo mal hecho,
pertrecho y desteñido.

Yo lo que quiero es que pase algo,
que me muera de veraz
o que de veraz esté fastidiado,
o que por lo menos se caiga el techo de mi casa un rato.
Quisiera olvidarme de todo,
que nadie se acordara de mí,
convertirme en un extraño.

Llegar y hacer lo que quiera,
poder evaporarme en una sombra,
dormir entre rameras que no me quieran,
y persignarme ante el retrato de un Dios falso.
Dejar de desear una muerte temprana,
y vivir lo que me queda,
con una mediocridad desatinada,
propia de un suicida.
Amar la vida es una promesa falsa,
una oración de lo que no se desea.

El día que muera que ni me entierren,
que me dejen tan solo en paz.
y revivir, quizás,
para gritar que no me hagan caso.

2000

Laura

¿Dónde estás... Laura?
¿qué estás haciendo?
Mi mayor pecado es llamarte por tu nombre.
Me provocas una fantasía,
para mucha gente rara es una pasedilla.
Me comeré una bala por tí,
o una espada,
o un áspid me comerá a mí,
o a mi fantasía egipcia.
Sudaré y no me dará tiempo
para decirte que te quiero.
Me empino una botella de sinceridad,
de felicidad desmedida,
de euforia sin memoria,
pero vienen los recuerdos como lluvia,
y me mojo en lo que pienso,
en este sentimiento tan seco,
seco de no verte,
desértico de tus ojos verdes,
y siento tu alma,
me da sed,
y como si llorar.

Recuerdo el Santiago que no conozco,
la Europa latinizada,
pero es el futuro lo que veo,
rejas y una laguna.
Tengo hambre de tí.
Mis brazos se devoran a sí mismos.
Respiro más rápido,
son mis pulmones esperanzados de olerte por primera vez,
es mi boca sediente de tus labios,
de lamer el nectar,
lunares de tinta,
lunares de sangre,
fantasías.

Laura,
mi pecado es llamarte por tu nombre,
nadie debería saberlo,
ni yo, ni los otros,
ni tú por el rocío de sinceridad.
Hay una voz intangible que te dice,
que casi te llora,
no te llueve ni te conoce.
¿Dónde estás? ¿qué estás haciendo?
Ayer sentí envidia,
te amo y mis visiones son ajenas,
fantasmas,
cafeína en mi sangre,
no te tengo realmente.

Despierto,
estoy cansado.
Hay demasiados hombre en tu vida.
Deletreo tu nombre,
lo digo como el mío,
le escucho tan bien,
tan utópico junto al mío.
Esto no te gusta.
Tengo sueño...
eres un recuerdo de otra vida,
nos perdimos en reencarnaciones,
necesito decirte que te amo,
pero te ríes vida tras vida,
y sigue corriendo la tinta.
Cuánto sueño tengo,
pero el tiempo alcanza,
y te beso imaginariamente,
y suspiro,
te digo que te deseo
pero te alejas como el eco
y nada más viene,
mas que mis brazos,
que se cierran vacíos, lentamente.

28 de octubre de 2000

Lunares de tinta

A Laura

Supongo que anoche soñé contigo y no me acuerdo.
Desperté con ganas de vivir,
y me bañaba, y tenía tu imagen sobre mis ojos.
Gotas calientes que resbalaban sobre mis labios,
y pensé en tí.

Lentamente,
y mis pies parecían que se me quedaban viendo,
palabras se diluían entre la garganta y la boca,
y salía un murmullo sin aliento.

Hay lágrimas de indiferencia sobre tus ojos boscosos,
lunares de tinta sobre algún lugar de tu cuerpo,
y una aureola de perfección sobre toda tu sombra.
Quizás haya otra cosa rara, en mí.
Es una cicatriz, una bendición de ceniza,
que la estela de tu alma tatuó en mi frente.

Supongo que de conocerte un poco más,
o soñarte de nuevo,
caería en un trance que no siento desde niño,
que quizás no he sentido.
Deletraría las letras de tu nombre,
como si desde antes de nacer las hubiera sabido.

14 de septiembre de 2000

Esta noche me huele

Esta noche me huele a pensamientos escondidos.
Huele a cerveza y a tequila,
a una borrachera de esas,
de las divertidas.
También me huele a anís y a nostalgia,
a sexo entusiasmado de los enamorados,
a la aventura de vivir una poca de locura,
a beberse la vida como se debe,
sin cordura.
Creo que en las noches de estas
huele a muerte y a vida,
a todo, menos a sidra.

7 de septiembre de 2000.

Déjame sentirte

Déjame sentirte más de cerca,
empañar mis lentes en tu aliento,
memorizar tu boca con mis labios,
hacer mis dedos uno con tu pelo.
Memorizar el matís exacto de tus ojos,
amarte hasta que el cielo se harte de sabernos
y nos mande juntos al lado obscuro de la luna,
donde no podamos vernos,
sino sentirnos para iluminar un cielo nuevo.

Polvo lunar,
párpados entrecerrados,
pasión crepuscular de piedras,
orgasmo de las sombras,
una luz nueva,
un éxtasis de un beso imaginario,
una caricia gitana que nos dispone,
que nos hace callados,
que nos rompe como olas de un mar pasivo.
Entre oscuridades inconclusas
parimos sonidos sin nombre,
hablamos gemidos y rumores.
Ahogamos el silencio de la luna,
quizás, con temblores.

Déjame sentirte más de cerca,
para saber lo que es vivir,
para alejarme de tu ausencia,
y vivir por siempre,
y aprender tu esencia.

7 de septiembre de 2000.

Niño siamés abandonado

Este rocío nuestro que madruga,
que se gesta vespertino entre miradas ingenuas,
que se posa impaciente sobre el mundo,
sobre las almas etéreas que caminan,
descansando sobre un suelo ya lodoso.

Esta es una hipocrecía mía,
una mentira mal actuada,
una conveniencia del no morir solo,
de humo y de tatuajes,
de mar y de tierra.

Un sentimiento inhibido,
que huele a lágrimas,
este abandono en que te dejo,
una vida casi ajena y odiada.

Esta abandono a mí mismo
y a todas sus conexidades,
este maldito olor a muerto,
a un muerto mío.

El humo tranquilo que se condensa,
que se mete a los ojos,
que me deja rojo.

Quisiera saber si se me perdió un defecto,
o se me olvidó en otra vida.
Habría que caminar largo tiempo,
recorrer muchs canas,
prendido a la esperanza,
de huir del primer paso
de este niño siamés abandonado,
educado por su propio destino.

7 de septiembre de 2000.

Depreciación

A veces es recomendable deprimirse un rato,
tomar la depresión en pastillas,
a cucharada sopera pero en dosis exacta,
o una fatal intravenosa de desamores.

Estar tristes es un proceso de purificación,
algo así como sudar nostalgia,
pero vaya intensidad de la tristeza que nos trae la muerte.
Este sauna de lágrimas que nos perfora,
que nos hace niños entre canas,
que nos desnuda lejos decama,
que nos deja aullando un sollozo desentonado.

Quisiera suplicarle a la vida,
y a su hermana mayor, la muerte,
que me juntara todas las lágrimas de mi vida en una hora.
Así podría, o bien morirme de sequía,
o vivir una austera,
pero sin desgracia.

8 de agosto de 2000

Hablas (Tu voz que empuja)

A Karla Paola

Una voz que viene de lejos,
los mares callan,
el viento escucha.
Sonido de tu voz que empuja,
me colapso en las olas,
caigo y me recuesto en el mar pasivo.
No me mojo, me recargo.
La única humedad va de mis ojos,
a mis pies,
Me baño en lágrimas.
Ya llueve.

Tu voz se va, la paz se fuga.
Me ahogo,
caigo en el recuerdo,
el sonido.
Los delfines cantan y recuerdan.
Me hundo, me ahogo.
Llego al fin a una isla desierta,
los demonios se deslizan entre corales.
Me boca se abre y con ello se escapa...
se escapa el aire y la vida,
y entre ambas fue una voz la que murió,
voz efímera, no como tu voz.

6 de septiembre de 1999

Nox (de "De hojas amarillas")

El cielo se viste de lunto una vez más.
Aquí estamos los lobos, esperando el entierro
y el sacerdotte aparece ya por la tarde,
profesando tinieblas,
moviendo las nubes que le oscurecen y aúllan.

El suelo vibra y los mares crecen.
Los misterios empujan
y todo se hunde.
Un día, el rocío,
quizás otra noche.
De mantos negros y diamantes, retoño,
posándose en el féretro lejano,
mas bien dormido.

Los contrastes se avivian,
el sol se reenciende.
Las nubes insinúan ser de fuego,
calientan la tierra y aullentan a la luna.
El mar se esconde en sus aguas,
los misterios se hunden.
Los lobos huímos,
hacia el otro lado del cielo.

1997-1998

viernes, 14 de agosto de 2009

Nos vendría bien un poco de humildad...

No me considero un tipo listo... pero la verdad es que no hay mucha competencia.

blasfemia.

(Del lat. blasphemĭa, y este del gr. βλασφημία).

1. f. Palabra injuriosa contra Dios, la Virgen o los santos.

2. f. Palabra gravemente injuriosa contra alguien.


superstición.

(Del lat. superstitĭo, -ōnis).

1. f. Creencia extraña a la fe religiosa y contraria a la razón.

2. f. Fe desmedida o valoración excesiva respecto de algo. Superstición de la ciencia.


ignorancia.

(Del lat. ignorantĭa).

1. f. Falta de ciencia, de letras y noticias, general o particular.


petulancia.

(Del lat. petulantĭa).

1. f. Vana y exagerada presunción.

(Diccionario de la Real Academia de la Lengua)



Nos vendría bien un poco de humildad a los ateos. No tanto como lástima, pero sí ser menos petulantes.

Tal vez no todos los ateos seamos brillantes, pero no ser supersticiosos de muchos puntos.

jueves, 6 de agosto de 2009

La creación basada en la recreación


Hace un rato escuchaba a un escritor hablar sobre el quéhacer literario, sobre la editorial Almadía, sobre que Alejandro Magallanes estaba diseñando sus libros con un suaje muy interesante.

Lo primero que saltó en mi mente fue todo el tiempo que tengo ya sin escribir formalmente, si es que existe alguna formalidad en sí en el oficio de escritor. Sin embargo, creo ahora saber por qué no lo hago y es que simplemente me he rodeado de otras muchas cosas que no son libros, ni horas de lectura, ni cuadernos con deliciosas hojas blancas.

Uno crea en lo que se recrea. Cuando escribía, leía mucho, o al menos mucho más que ahora. Me rodeaba de ciertas ideas, y además no me rodeaba de gente. Escribía como necesidad, como impulso.

Ahora me he rodeado de otras cosas mucho más visuales, mucho más sonoras. Mi imaginación se ha vuelto un cinematógrafo. Mis ojos están cada vez más musculosos... ya hasta tengo cuadritos en la retina.
Cada vez diseño más y mejor. Programo un poquito más rápido, soy más metódico... hasta tiendo todos los días mi cama por las mañanas.

Pero no escribo, y eso se llama nostalgia de la pluma rota, en aquello que es un fragmento difuso de silencio, conocida también burdamente como hoja en blanco.